En 2024, el uso de tarjetas y dispositivos móviles para pagos en establecimientos físicos en España mostró un aumento significativo en comparación con el efectivo, que aunque sigue siendo el método mayoritario, continúa en declive. Según un informe del Banco de España basado en la encuesta Space del Banco Central Europeo, el 57% de las transacciones físicas aún se realizan en efectivo, pero esto representa una caída de 9 puntos desde 2022. Por contraste, los pagos con tarjeta se incrementaron del 28% al 32%, y los pagos móviles casi se duplicaron, alcanzando el 7%. Estas cifras reflejan una transformación en los hábitos de pago impulsada por la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías. Además, en términos de importes de pago, el efectivo también ha disminuido del 51% al 45%, mientras que el valor de los pagos a través de dispositivos móviles se duplicó, alcanzando el 12% en 2024.
El Banco de España también resalta el impacto del auge del comercio online como un factor clave en la disminución del uso de efectivo. En los últimos cinco años, el número de pagos online en España ha triplicado, reflejando una tendencia hacia un comercio crecientemente digitalizado. En 2024, el 51% de los pagos online fueron realizados con tarjeta, mientras que la proporción de pagos mediante otras soluciones electrónicas, como carteras digitales y aplicaciones móviles, creció cinco puntos desde 2022. En cuanto a los pagos entre particulares, el efectivo sigue siendo el método más común, aunque los pagos instantáneos están ganando terreno, sobre todo gracias al uso extendido de Bizum. A la hora de elegir los medios de pago, los consumidores valoran la seguridad y la comodidad, y aunque el anonimato y la privacidad son ventajas asociadas al uso del efectivo, la comodidad y rapidez prevalecen en el uso de tarjetas y alternativas digitales.
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