La caravana presidencial encabezada por Daniel Noboa avanzó este martes por Sigsihuayco, en la provincia de Cañar, Ecuador, con un fuerte despliegue de seguridad en medio de un clima de profunda tensión. Decenas de manifestantes lanzaron piedras y golpearon los vehículos blindados que transportaban al mandatario, provocando que algunas ventanas se astillasen. La violencia refleja el malestar creciente en las zonas rurales, donde las comunidades demandan la eliminación del decreto que aumentó el precio del diésel, la reducción del IVA, y mejoras en seguridad y acceso a medicamentos en hospitales. A pesar del ataque, del cual el presidente salió ileso, el gobierno sigue promoviendo iniciativas de infraestructura y ayudas económicas para apaciguar el descontento social.
El incidente se produjo en medio de las protestas lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que se opone a la eliminación del subsidio al diésel, lo cual ha afectado profundamente a las comunidades rurales. La ministra de Ambiente y Energía, Inés Manzano, denunció actos de violencia contra el convoy presidencial y afirmó que los hechos no quedarán impunes. Cinco personas fueron detenidas, acusadas de terrorismo e intento de asesinato. Por su parte, la Conaie denunció una «brutal acción policial y militar» durante la visita presidencial, mientras acusa al gobierno de actuar con fuerza desmedida. En este panorama, la provincia de Cañar, que otrora apoyó a Noboa, ahora se convierte en un bastión de resistencia contra su gobierno.
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