Dahud Hanid Ortiz, exmarine estadounidense y convicto asesino, fue repatriado desde Venezuela a Estados Unidos como parte de un intercambio de prisioneros gestionado por la Administración de Donald Trump. Ortiz cumplía condena en Venezuela por un triple homicidio cometido en 2016 en Madrid, caso que tuvo un gran impacto mediático. Sin embargo, al llegar a Texas, se perdió su rastro y posteriormente se confirmó que estaba en libertad en Estados Unidos. Este intercambio incluyó a otros nueve “presos políticos”, y fue presentado por el Departamento de Estado como un exitoso retorno de ciudadanos sometidos a duras condiciones carcelarias en Venezuela.
El canje ha generado controversias, especialmente por la inclusión de Ortiz, conocido en España como “el asesino de Usera”. Las autoridades venezolanas afirman haber advertido a sus homólogos estadounidenses sobre el tipo de criminal que estaban liberando. Ortiz había intentado anteriormente beneficiarse de un intercambio similar y su historia está marcada por un pasado en los marines, de los cuales fue expulsado en 2015 por mala conducta. Este episodio ha generado preocupación entre expertos y afectados, quienes advierten de los riesgos asociados a la liberación de un individuo descrito en sus propias palabras como “un ser humano horrible”.
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