En el actual panorama político de Estados Unidos, el duelo presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump refleja la confrontación simbólica entre la alegría y la oscuridad, la esperanza y el miedo. Los gestos de Harris, con su risa abierta, contrastan con el ceño fruncido y el puño cerrado de Trump, símbolos de un potencial retorno a tiempos sombríos. Estos candidatos no solo representan políticas opuestas, sino también diferentes lenguajes no verbales que pueden influir en el futuro de la democracia global. La narrativa recuerda cómo, desde la infancia, el lenguaje, tanto verbal como gestual, define nuestra percepción del mundo y de los líderes que elegimos.
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