Las londinenses se coronaron campeonas de la Champions tras vencer 1-0 a las azulgrana en una final marcada por la intensidad y la estrategia defensiva. El partido fue decidido por un gol de Blackstenius en el minuto 74, un tanto que llegó tras un contragolpe efectivo, aprovechando una de las pocas oportunidades claras del encuentro. Aunque el equipo barcelonés tuvo el dominio del balón en varias ocasiones, no logró capitalizar su posesión y la falta de claridad en el área rival les pasó factura.
Por otro lado, las azulgrana demostraron su habilidad en retener el balón y generar juego, pero se encontraron con una defensa férrea que neutralizó sus intentos de gol. A pesar de su control en ciertos tramos del partido, las oportunidades no lograron traducirse en un marcador favorable. La final destacó por su alto nivel competitivo, aunque finalmente fue la efectividad londinense la que marcó la diferencia, llevándose el triunfo y dejando a las jugadoras de Barcelona con el amargo sabor de la derrota y decisiones tácticas que revisar de cara a futuras competencias.
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