La corrida que celebró el 125 aniversario de la Corrida de la Prensa y el 40 aniversario de la emblemática Feria de San Isidro, que catapultó al Niño de la Capea como una figura del toreo, se convirtió en uno de los eventos más esperados por los aficionados. La jornada, marcada por la tradición y el fervor taurino, logró atraer a un gran número de espectadores, ansiosos por revivir momentos históricos y contemplar a figuras destacadas del mundo taurino. El evento no solo honró el legado del Niño de la Capea, sino que también destacó la permanencia y evolución de las corridas de toros en la cultura española.
La celebración reunió a una multitud que vibró con cada lanzamiento y pase del ruedo, demostrando que el interés por esta tradición sigue vivo en las nuevas generaciones. La mezcla de historia y arte en la plaza, acompañada de la solemnidad de las efemérides, ofreció una experiencia única y emotiva tanto para los veteranos aficionados como para los neófitos. La corrida no solo reafirmó la importancia cultural de este tipo de eventos en España, sino que también subrayó la capacidad de la tauromaquia para generar un sentido de pertenencia y continuidad a través del tiempo.
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