La industria funeraria en España se sostiene en gran medida gracias a los seguros de decesos, un producto financiero que cuenta con una alta penetración en la población, alcanzando al 46% de los españoles. Este mecanismo permite que los ciudadanos costeen su sepelio durante décadas, generando ingresos sustanciales tanto para las aseguradoras como para las funerarias. En 2023, las funerarias facturaron 1.679 millones de euros, mientras que las aseguradoras ingresaron 2.835 millones, incluyendo coberturas complementarias. La evolución demográfica, con una mayor tasa de muertes respecto a los nacimientos, asegura una demanda estable para el sector, pero también plantea el desafío de adaptarse a nuevas tendencias y demandas de los consumidores.
A medida que cambian las costumbres, la industria mortuoria busca innovar y ofrecer servicios más personalizados y sostenibles. Las incineraciones ahora representan casi el 48% de los procedimientos, con un crecimiento debido a su coste más accesible comparado con los entierros tradicionales. Las nuevas propuestas incluyen ceremonias personalizadas, urnas biodegradables y servicios ecológicos. Empresas como Valkyrias del Mar han introducido conceptos innovadores como arrecifes funerarios bajo el agua. A pesar del dominio de grandes grupos empresariales sobre la industria, aún existen cientos de pequeñas y medianas funerarias que juegan un papel esencial, especialmente en zonas rurales, y enfrentan retos significativos para competir en un mercado cada vez más consolidado.
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