El avance de la inteligencia artificial generativa está planteando un desafío significativo en la capacidad humana para distinguir entre lo real y lo artificial. Un reciente estudio conjunto entre Microsoft y la Universidad de Cornell, entre otras instituciones, ha revelado que los seres humanos solo logran identificar correctamente si una imagen es real o creada por IA en el 62 % de los casos.
Este estudio, publicado en mayo de 2025, involucró a 12,500 participantes de todo el mundo, quienes evaluaron 287,000 imágenes. Utilizando el juego interactivo en línea «Real or Not Quiz», los usuarios tuvieron que clasificar imágenes reales y generadas por IA, resaltando la dificultad creciente para detectar contenidos sintéticos.
Los hallazgos muestran que los retratos humanos son más fáciles de identificar correctamente, pero los errores proliferan en los paisajes, sean urbanos o naturales, donde la IA ha perfeccionado detalles como texturas y sombras. Este progreso hace que la confianza en lo que observamos se vuelva frágil.
En respuesta, Microsoft desarrolló un detector automático con un 95 % de precisión para identificar imágenes sintéticas. Sin embargo, los investigadores destacan que esta herramienta no es suficiente. Insisten en la necesidad de implementar sistemas de etiquetado transparente y políticas que indiquen claramente el origen del contenido, para prevenir la desinformación visual.
La incapacidad de distinguir imágenes reales de las generadas tiene implicaciones sociales serias. Redes sociales y medios presentan a diario imágenes manipuladas que pueden causar confusión y pánico. Este fenómeno ha llevado a que países como Australia prohíban YouTube a menores de 16 años desde diciembre de 2025, citando riesgos para la salud mental de los adolescentes.
Mientras tanto, empresas como Meta están actuando con responsabilidad al introducir funciones de seguridad en plataformas como Instagram para proteger a los jóvenes de imágenes y contactos nocivos.
El estudio no solo llama a la acción tecnológica, sino también cultural. La sociedad necesita fomentar la educación visual, el pensamiento crítico y la alfabetización mediática desde edades tempranas. Además, aboga por un marco normativo internacional que garantice la transparencia en el uso de modelos de IA generativa.
En esta era digital, la capacidad de crear imágenes hiperrealistas se ha democratizado, abriendo la puerta a manipulaciones y desinformación a gran escala. En este nuevo panorama, la verdad visual requiere herramientas de verificación y una cultura crítica. Solo así se podrá discernir con claridad entre lo real y lo falso.
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