En un movimiento que ha generado tensiones en la comunidad internacional, se ha informado que el expresidente estadounidense Donald Trump está presionando para obtener acceso prioritario en inversiones relacionadas con la extracción de minerales, petróleo y gas en Ucrania. Según fuentes cercanas al tema, esta estrategia busca fortalecer las relaciones económicas entre EE.UU. y Ucrania, pero ha suscitado preocupaciones sobre las intenciones y posibles implicaciones políticas detrás de estas inversiones. La situación ha despertado críticas y especulaciones, especialmente en el contexto de la ayuda estadounidense previamente brindada a Ucrania, que podría estar condicionando las actuales negociaciones.
Por su parte, el gobierno de Kiev ha declarado firmemente que la apertura a estas inversiones no es una retribución por la asistencia recibida anteriormente. Autoridades ucranianas han asegurado que la decisión de permitir inversiones extranjeras en sus recursos minerales responde a intereses económicos y desarrollo interno más que a presiones externas. Esta negación busca disipar preocupaciones sobre posibles compromisos políticos y reafirmar que sus decisiones están alineadas con sus prioridades nacionales y estratégicas. La noticia ha generado un intenso debate sobre la soberanía económica y las dinámicas de poder en la región.
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