En medio de crecientes tensiones por el uso de misiles de largo alcance estadounidenses y británicos por parte de Ucrania, Kiev se prepara para una posible represalia rusa. Las embajadas de EEUU y España cerraron sus puertas anticipando un posible bombardeo masivo en respuesta a esta acción. La reciente autorización de Joe Biden al presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, para utilizar estos misiles en territorio ruso, representa un cambio significativo en la estrategia occidental, motivado por movimientos militares rusos, como el envío de tropas norcoreanas al conflicto. Además, se destaca la creciente preocupación de EEUU y la UE sobre la intensificación de la guerra híbrida por parte de Rusia, quien podría explotar esta vía para atacar intereses occidentales y alterar el equilibrio geopolítico.
La reciente noticia sobre el daño a cables submarinos en el Báltico, atribuido a acciones de sabotaje, resalta los temores de escalada en la guerra híbrida por parte de Rusia. Alemania, Suecia y Lituania han pedido sanciones y refuerzos ante tales actos, en tanto que Estados Unidos y sus aliados mantienen cautela. Paralelamente, Europa ajusta sus defensas y estrategias frente a estos desafíos híbridos, mientras los países nórdicos revisan sus medidas de prevención en respuesta a la amenaza nuclear rusa. La posible llegada de Donald Trump a la Casa Blanca añade una capa adicional de incertidumbre; se especula que podría presionar por negociaciones de paz con el Kremlin, aunque sin garantías claras de concesiones territoriales significativas por parte de Rusia.
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