El nuevo gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, ha anunciado un controversial cambio en la nomenclatura oficial de importantes hitos geográficos del país. A partir de hoy, el golfo de México y el monte Denali pasarán a llamarse golfo de América y monte McKinley, respectivamente. Esta decisión, anunciada por el Departamento del Interior, se enmarca en una orden ejecutiva del presidente Trump que busca restaurar nombres que «honren el legado de la grandeza estadounidense». El departamento destaca que estos cambios reflejan un compromiso con la preservación del patrimonio histórico del país, asegurando que las futuras generaciones podrán celebrar el legado de figuras y eventos significativos en la historia estadounidense.
La medida ha generado reacciones mixtas tanto dentro como fuera del país. Mientras Washington destaca el impacto económico del golfo de América, también se realza la figura de William McKinley, el 25º presidente de Estados Unidos, como un símbolo de fuerza y determinación reflejados en el nombre del monte más alto de Norteamérica. Sin embargo, el anuncio ha sido recibido con escepticismo en México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum expresó su desacuerdo, sugiriendo irónicamente que Estados Unidos podría renombrarse «América Mexicana». Estos cambios se harán efectivos una vez que la Junta de Nombres Geográficos actualice el Sistema de Información de Nombres Geográficos, formalizando la polémica decisión en el uso federal.
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