El embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker, ha destacado la importancia de que los países miembros de la alianza cumplan con el compromiso de gasto en defensa. Durante una reciente declaración, Whitaker afirmó que el nivel de gasto acordado, que representa el 2% del PIB de cada nación, «no es una sugerencia, es un punto de partida». Estas palabras subrayan el énfasis de Estados Unidos en que los socios europeos asuman una mayor responsabilidad en la seguridad colectiva, en un contexto de crecientes desafíos geopolíticos.
Las declaraciones de Whitaker llegan en un momento crítico para la OTAN, que enfrenta múltiples amenazas externas y la necesidad de modernizar sus capacidades defensivas. La insistencia en el cumplimiento del gasto acordado refleja la presión de Washington para que los aliados refuercen su compromiso financiero y estratégico. Esta dinámica podría influir en las próximas cumbres de liderazgo, donde se espera que se debate cómo fortalecer la cooperación y garantizar la seguridad regional de manera más equitativa.
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