El Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha aconsejado a los ciudadanos españoles en Malí considerar abandonar temporalmente el país debido a la escasez de gasolina causada por ataques yihadistas. Estos ataques han afectado a los camiones cisterna que transportan combustible desde naciones vecinas. La recomendación española sigue pasos similares tomados por Estados Unidos, Alemania e Italia, aunque utiliza un lenguaje menos contundente. Actualmente, 1.077 españoles están registrados en el país africano. La Embajada de Estados Unidos ya ha ordenado la salida de su personal no esencial y el Reino Unido ha iniciado la evacuación temporal de sus trabajadores.
La crisis de combustible en Malí se ha intensificado desde que el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) prohibió las importaciones de carburante desde países vecinos y comenzó a atacar los convoyes. A pesar de los esfuerzos del gobierno maliense, controlado por una junta militar, para escoltar y proteger los transportes de combustible, la escasez es palpable en Bamako, con cortes de luz frecuentes. La actividad terrorista, que ha desplazado su foco hacia el oeste de Malí, amenaza también la región de Kayes, crucial para la economía nacional debido a su producción de oro y algodón. Desde 2012, el terrorismo persiste en Malí, agravado tras la ruptura con Francia en 2020 y la cooperación militar con mercenarios rusos, sin lograr frenar el avance yihadista.
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