A medida que crece la tensión en Oriente Próximo, varias naciones, incluidas Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, instan a sus ciudadanos a abandonar Líbano de inmediato. La situación se agrava tras los asesinatos de líderes de Hamás y Hezbolá, con Israel atribuyéndose ambos ataques. En respuesta, Teherán promete represalias severas, mientras Washington despliega más fuerzas militares en la región para proteger a sus tropas y apoyar a Israel. En Cisjordania, la violencia incrementa con ataques desde drones israelíes, dejando un saldo de nueve muertos. La tensión ha llevado a la cancelación de vuelos y una mayor alerta en la zona, con implicancias políticas y militares que podrían desatar un conflicto mayor.
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