El Gobierno de Estados Unidos ha desmentido las acusaciones sobre presiones a México para procesar a políticos involucrados en redes de corrupción del narcotráfico a cambio de concesiones comerciales. El Departamento de Estado ha rechazado tajantemente cualquier negociación de reducción de aranceles a productos mexicanos como contrapartida. Sin embargo, ambas naciones mantienen su compromiso en la lucha conjunta contra los cárteles y las estructuras corruptas que posibilitan sus operaciones ilícitas. Estas declaraciones responden a recientes rumores divulgados en medios estadounidenses y por políticos opositores en México.
Las versiones sobre presiones por parte de Washington cobraron fuerza tras anuncios de que la Administración Trump priorizaría la persecución de funcionarios extranjeros implicados en sobornos del narcotráfico. Publicaciones en Reuters y Propublica afirmaron que Estados Unidos poseía listas de políticos mexicanos corruptos, intensificando la especulación en torno a las presiones al gobierno de Claudia Sheinbaum. A raíz de la visita del subsecretario de Estado Christopher Landau, Sheinbaum negó tajantemente que la reunión bilateral abordara estos temas, enfatizando que se centró en la defensa de migrantes mexicanos.
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