Estados Unidos ha endurecido su postura en las relaciones diplomáticas con Colombia tras la negativa de este último a aceptar dos vuelos de repatriación de migrantes. En un movimiento inesperado, el departamento de Estado, bajo las órdenes del secretario Marco Rubio, ha suspendido la emisión de visas en el consulado estadounidense en Bogotá. Según el comunicado oficial, esta represalia responde a lo que califican como «interferencia» del presidente colombiano, Gustavo Petro, en las operaciones de deportación previamente autorizadas. La medida, que también incluye la prohibición de entrada a Estados Unidos para los responsables de la decisión y sus familias, se mantendrá vigente hasta que el gobierno colombiano permita la llegada de estos vuelos.
La tensión escaló aún más con el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% sobre todos los productos colombianos, alcanzando el 50% en una semana si no se resuelve el conflicto. La respuesta de Colombia no se hizo esperar: Gustavo Petro ha declarado que el país suramericano implementará aranceles similares a los productos estadounidenses. Además, Trump ha ordenado inspecciones reforzadas en aduanas y controles fronterizos para mercancías colombianas, junto con sanciones fiscales, bancarias y financieras. Estas acciones han generado un clima de incertidumbre en la diplomacia entre ambos países, afectando tanto a la economía como a los vínculos bilaterales establecidos.
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