José Adolfo Macías, conocido como «Fito», fue trasladado desde la cárcel de máxima seguridad La Roca en Guayaquil a Estados Unidos bajo un operativo conjunto de policías y militares. A las 14:00 del domingo 20 de julio, el narcotraficante más temido de Ecuador partió en un vuelo del Departamento de Justicia estadounidense. Líder de Los Choneros, una de las organizaciones criminales más poderosas del país, enfrenta cargos en Estados Unidos que incluyen tráfico internacional de drogas y comercio ilegal de armas. Su extradición es un hecho sin precedentes en Ecuador, marcando un giro en la lucha contra el narcotráfico con implicaciones jurídicas y diplomáticas significativas.
El proceso de extradición de Fito fue sorprendentemente rápido. Capturado a finales de junio en un búnker en Manabí, una provincia marcada por la violencia narco, firmó su consentimiento para ser extraditado tan solo quince días después, buscando protegerse de sus enemigos. La Corte Nacional de Justicia aprobó el traslado bajo la condición de que no se le impongan penas de muerte o cadena perpetua, respetando la legislación ecuatoriana. El presidente Daniel Noboa finalmente autorizó la extradición, marcando un antes y un después en la gestión del crimen organizado. Fito comparecerá ante la Corte del Distrito Este de Nueva York, despertando expectación en Ecuador por las posibles revelaciones que podrían sacudir las estructuras de poder y exponer conexiones entre el estado y el narcotráfico.
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