A pesar de que la economía española parece estar en auge, con cifras récord en sectores como el turismo y un mercado laboral en aparente recuperación, los economistas advierten sobre las señales de alerta que no deben ser ignoradas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha descrito la situación económica como si fuera «un cohete», sin embargo, expertos como Santiago Niño Becerra subrayan los problemas estructurales que podrían amenazar esta estabilidad aparente. Según Niño Becerra, a pesar del crecimiento, problemas como la accesibilidad a la vivienda, la inflación y la alta deuda pública siguen siendo desafíos significativos que España no puede permitirse pasar por alto. Las dificultades para acceder a la vivienda, especialmente en ciudades como Madrid y Barcelona, señalan un desajuste preocupante entre los ingresos medios y el coste de vida, afectando en particular a los jóvenes y poniendo en peligro la estabilidad económica a largo plazo.
Además, otro problema crucial son los tipos de interés y la elevada deuda pública, que se presenta como un riesgo latente para la economía española. Con una deuda que supera el 113% del PIB, el país afronta un panorama incierto si se produce un nuevo choque económico externo. Niño Becerra ha manifestado su inquietud sobre la sostenibilidad del crecimiento económico dado que los sectores que han liderado la recuperación, como el turismo y la hostelería, son altamente vulnerables a factores externos. A pesar de que las cifras actuales podrían parecer optimistas, hay una tendencia estacional en la creación de empleo, lo cual podría revertirse rápidamente frente a tensiones económicas globales. España deberá implementar reformas estructurales y políticas económicas sólidas para mantener un crecimiento sostenible y evitar caer en una crisis económica similar a la de 2008.
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