Un dispositivo aéreo no identificado provocó una respuesta inmediata por parte de las autoridades de Bucarest. Aunque el aparato no sobrevoló ninguna zona habitada, su proximidad a la frontera fue suficiente para que Rumanía desplegara aviones de combate hacia la región. La medida se tomó como precaución ante la posibilidad de una intrusión no autorizada en su espacio aéreo, subrayando la tensión y el cuidado con el que se monitorean estas incursiones cerca de las fronteras nacionales.
El incidente resalta la sensibilidad de la seguridad aérea en Europa del Este, donde las tensiones geopolíticas han aumentado. La rápida respuesta de Rumanía refleja un protocolo riguroso que pretende garantizar la seguridad nacional en tiempo real. Aunque no se ha especificado el origen o la naturaleza exacta del aparato, las autoridades continúan investigando el incidente para determinar cualquier posible amenaza o error de navegación.
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