La recuperación ante desastres ha evolucionado notablemente, pasando de ser un manual guardado en un cajón a un servicio operacional esencial. El Disaster Recovery as a Service (DRaaS) se destaca al permitir la replicación casi en tiempo real de cargas críticas, establecer objetivos de recuperación verificables y ejecutar conmutaciones sin interrumpir las operaciones.
Cuatro sectores cruciales han adoptado esta tecnología: financiero, energía, salud y SaaS, demostrando que ha dejado de ser una opción para convertirse en un requisito indispensable de continuidad.
En el ámbito financiero, donde la disponibilidad es innegociable, marcos regulatorios como las EBA Guidelines y Basel III exigen capacidades auditables de recuperación. Las instituciones deben implementar replicación síncrona y asíncrona según la criticidad del servicio y llevar a cabo pruebas de conmutación con informes automáticos y trazabilidad.
El sector energético, con su dependencia de sistemas ICS/SCADA, también se beneficia de DRaaS. La capacidad de realizar pruebas de recuperación sin interrumpir las operaciones es esencial para evitar eventos a gran escala como apagones. Estas pruebas aseguran la continuidad en entornos distribuidos y la capacidad de conmutar a sitios alternativos.
En salud, la recuperación se centra en la disponibilidad y la privacidad. Aquí, el DRaaS debe ofrecer replicación continua y trazabilidad para cumplir con normativas como GDPR y HIPAA. Las lecciones aprendidas muestran que la integridad y disponibilidad del dato son fundamentales.
Para los proveedores de SaaS, que operan en entornos de microservicios y multicloud, el DRaaS es crucial para mantener sus SLA. La recuperación rápida y eficiente tras fallos en el código o dependencias es esencial para asegurar la continuidad del servicio.
Un caso emblemático que resalta la importancia de una estrategia adecuada de DRaaS fue el incendio en Corea del Sur que destruyó sistemas sin copias de seguridad, demostrando que sin réplica geográfica y pruebas de restauración efectivas, las garantías en la nube son ilusorias.
Desde la perspectiva de Stackscale, un enfoque robusto de DRaaS involucra la arquitectura activa-activa para cargas críticas, almacenamiento síncrono en múltiples centros de datos y copias inmutables. Además, es crucial realizar pruebas periódicas y mantener una gobernanza sólida, asegurando que cada componente esté alineado con las necesidades de continuidad y recuperación ante desastres.
En conclusión, los incidentes pasados destacan un claro mensaje: el momento para afianzar la estrategia de DRaaS es ahora, antes de que ocurra el próximo desastre. La inversión en una arquitectura bien ensayada, medidas de recuperación eficaces y cumplimiento riguroso puede ser la diferencia entre una gestión de incidentes eficiente y una crisis insuperable.
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