El riesgo de abortos espontáneos aumenta notablemente con la edad de la mujer, especialmente después de los 38 años. Según la ginecóloga y jefa de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Quirónsalud Donostia y Policlínica Gipuzkoa, Estefanía Rodríguez, más del 60% de los embarazos en mujeres de esta edad pueden terminar en aborto debido a problemas genéticos.
«El aborto espontáneo es una experiencia devastadora que afecta profundamente a las parejas, especialmente cuando ocurre de manera repetida», comenta Rodríguez. De acuerdo con la «Guía de atención al duelo perinatal» publicada por Osakidetza, se estima que aproximadamente el 20% de los embarazos sufren abortos espontáneos, afectando a una de cada seis mujeres que saben que están embarazadas.
Rodríguez define el aborto espontáneo como un embarazo que se detiene por muerte fetal antes de la semana 20 de manera natural, sin intervención médica. Las causas más prevalentes incluyen alteraciones genéticas en los embriones, responsables de hasta el 80% de los casos. Además, problemas de coagulación de la sangre y factores inmunológicos también pueden influir en estos eventos desafortunados.
Durante el embarazo, es normal experimentar molestias y pequeños sangrados. Sin embargo, Rodríguez advierte que si los dolores no mejoran con medicación habitual o los sangrados son comparables a una menstruación, es crucial consultar a un médico. En algunos casos, una ecografía puede revelar que el embarazo no está progresando adecuadamente.
Es esencial realizar estudios detallados en mujeres que han sufrido dos o más abortos espontáneos. «Es fundamental descartar problemas genéticos, inmunológicos y de coagulación que puedan aumentar el riesgo de futuros abortos. Los estudios analíticos de sangre y genéticos son esenciales para identificar y tratar estos problemas», subraya la experta.
Además, la ginecóloga destaca la importancia de evitar el consumo de tabaco y drogas, seguir una dieta mediterránea y hacer ejercicio moderado durante el embarazo. También insta a realizar estudios preventivos para identificar y tratar problemas que puedan llevar a un aborto espontáneo.
Una alternativa prometedora para mujeres con riesgo de abortos espontáneos por alteraciones genéticas es el tratamiento de fecundación in vitro mediante inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). «El tratamiento ICSI permite estudiar genéticamente a los embriones antes de la transferencia al útero, reduciendo significativamente el riesgo de abortos por anomalías genéticas y aumentando las posibilidades de un embarazo exitoso», explica Rodríguez.
Para pacientes con varios abortos a partir de los 38 años o con problemas genéticos hereditarios, tanto de la madre como del padre, realizar este tipo de estudios puede prevenir complicaciones en el embarazo. Antes de iniciar cualquier tratamiento, Rodríguez recalca la importancia de realizar una evaluación inicial de la fertilidad y de dialogar con los pacientes para que comprendan sus opciones y posibilidades personalizadas.
Para quienes desean profundizar en el tema, Estefanía Rodríguez ha puesto a disposición un video explicativo sobre abortos espontáneos en YouTube.