El ejército israelí ha llevado a cabo ataques repetidos en el sur de Líbano contra posiciones de los cascos azules de la ONU, especialmente en el cuartel general de UNIFIL en Naqura, donde dos soldados resultaron heridos tras el impacto de un proyectil de tanque en una torre de observación. La misión de la ONU, que incluye un importante número de soldados españoles, ha condenado estos ataques, calificándolos de violaciones graves del derecho internacional y de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. En un contexto de creciente tensión, el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, ha convocado al embajador israelí tras los incidentes que también afectaron a personal italiano en el sur de Líbano. UNIFIL ha reiterado la importancia de garantizar la seguridad de sus efectivos y propiedades, enfatizando el papel de las fuerzas de paz en el restablecimiento de la estabilidad en la región.
En paralelo, la situación en Gaza sigue deteriorándose con un aumento en la intensidad de los bombardeos israelíes. Al menos 28 personas han muerto en los ataques más recientes, con un impacto devastador sobre infraestructuras civiles, incluidos refugios gestionados por agencias de la ONU. Israel, que argumenta que estos edificios son utilizados por grupos armados como Hamás, ha intensificado sus operaciones militares en respuesta a las amenazas transfronterizas. La ofensiva terrestre israelí en el sur de Líbano, iniciada para neutralizar la amenaza de Hezbolá, se desarrolla mientras persiste la violencia en las fronteras del norte, además de situaciones tensas dentro de las propias localidades israelíes cercanas, obligando a la población a seguir medidas de emergencia ante posibles ataques. La región se mantiene en un estado de alta alerta, especialmente con la cercanía de celebraciones significativas como el Día de Yom Kipur.
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