En una madrugada trágica en Nueva Orleans, un atropello masivo en la popular Bourbon Street ha dejado un saldo de 10 muertos y al menos 35 heridos. El suceso ocurrió mientras la zona estaba abarrotada de personas celebrando el Año Nuevo. El responsable, que conducía una furgoneta Ford con matrícula de Texas, fue abatido por la policía tras chocar contra una grúa. Aunque no se han esclarecido los detalles completos del incidente, el FBI ha asumido rápidamente la investigación al considerar que podría tratarse de un acto terrorista. La respuesta de las autoridades ha sido inmediata, y la comunidad está en estado de shock mientras se lleva a cabo la investigación.
Durante sus primeros comentarios sobre el suceso, el presidente electo Donald Trump insinuó sin pruebas que el responsable podría ser un extranjero, una declaración que generó reacciones diversas. Trump expresó sus condolencias a las víctimas y prometió el apoyo de su futura Administración a Nueva Orleans. Mientras tanto, el presidente Joe Biden, al ser consultado sobre la posibilidad de que el sospechoso hubiera cruzado recientemente la frontera con México, se abstuvo de confirmar los rumores que circulaban en redes sociales. La atención ahora se centra en la investigación en curso y en brindar el apoyo necesario a los afectados por este violento suceso.
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