La ceremonia de entrega de los premios Oscar 2025 se llevó a cabo en un ambiente que, según los observadores, evitó cualquier tipo de mención política, centrándose exclusivamente en la celebración del cine. Este enfoque ha sido percibido por algunos críticos como un intento de evitar fricciones con la Administración del actual presidente, una decisión que ha despertado comentarios sobre una posible sumisión frente al poder político. Durante la gala, presentadores y ganadores se limitaron a discursos de agradecimiento y elogios al mundo del cine, eludiendo cualquier referencia a temas sociales o políticos que suelen formar parte de estos eventos.
El cambio de tono respecto a ediciones anteriores, donde los comentarios políticos fueron frecuentes, ha generado debate sobre el papel de los eventos culturales en el contexto político actual. Mientras que algunos argumentan que la industria cinematográfica debería mantener su independencia y capacidad crítica, otros defienden que centrar la atención en el arte es una manera de unificar en tiempos divididos. La ausencia de declaraciones políticas en los Oscar de este año podría obedecer a un clima de tensiones en el país, dejando entrever un complejo equilibrio entre arte y política que sigue evolucionando.
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