Donald Trump retomó su discurso en un mitin en Butler, Pensilvania, justo en el punto en el que quedó interrumpido por el atentado del pasado 13 de julio, cuando un tirador abrió fuego, cobrando la vida de un simpatizante y alcanzando al expresidente en una oreja. En su intervención, Trump mostró un gráfico sobre la inmigración ilegal que, según él, le salvó la vida al girar la cabeza para mirarlo en el preciso momento de los disparos. Durante el mitin, Trump se rodeó de una multitud de seguidores y contó con la presencia del magnate Elon Musk como invitado especial. El expresidente aprovechó el evento para hacer un contundente llamamiento a sus seguidores, instándolos a acudir a las urnas en las próximas elecciones del 5 de noviembre, argumentando que el futuro del país depende de ello.
La seguridad del mitin fue significativamente reforzada tras el atentado de julio, con Trump hablando tras una mampara de cristal antibalas y una vasta presencia de agentes de seguridad. Los accesos a la zona fueron restringidos, los controles de seguridad se intensificaron y se desplegaron medidas como drones de vigilancia y equipos de prevención de agentes químicos, radiológicos y biológicos. Esta notable presencia de seguridad refleja el elevado riesgo tras el ataque anterior, lo que también resultó en la destitución del jefe del Servicio Secreto por los fallos en su prevención. En su discurso, Trump reiteró sus argumentos sobre la inmigración ilegal, afirmando que criminales de otros países están siendo enviados a Estados Unidos, y señaló que estos temas requieren una acción política urgente para salvar el país.
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