El mitin de Donald Trump en el Madison Square Garden de Nueva York, realizado en vísperas de Halloween, se convirtió en un evento multitudinario con un lleno total en el icónico recinto. Miles de seguidores, algunos de los cuales hicieron largas filas para ingresar cinco horas antes de que se abrieran las puertas, demostraron el fervor que el exmandatario aún provoca, incluso en un estado tradicionalmente demócrata. Trump utilizó la ocasión para reafirmar sus propuestas, con un enfoque especial en asuntos como la inmigración y la economía, prometiendo un retorno al «sueño americano». En el escenario lo acompañaron figuras prominentes del Partido Republicano, así como personalidades inesperadas, como el luchador Hulk Hogan y Michael ‘Harry-O’ Harris, un productor de rap que fue indultado por Trump. A pesar de los propósitos políticos, la jornada se caracterizó por una retórica incendiaria y ataques personales que provocaron controversia y un revuelo en las redes sociales.
Los discursos estuvieron cargados de insultos y declaraciones polémicas, dirigidos no solo hacia Kamala Harris, la rival demócrata de Trump, sino también hacia comunidades específicas. Comentarios racistas pronunciados por algunos oradores encendieron una tormenta mediática, destacando los esfuerzos del expresidente por atraer la atención y el apoyo en un ambiente electoral tan concurrido. El mitin también marcó la primera intervención pública de Melania Trump en la campaña, quien junto a su esposo expresó un notable afecto por Nueva York con el objetivo de atraer el voto local. Mientras Trump criticaba la administración demócrata y prometía un fortalecimiento económico mediante políticas proteccionistas, como aranceles a China, las comparaciones con figuras históricas y controversias pasadas en el histórico Madison Square Garden tornaron el evento en un espectáculo singular y divisivo, de esos que quedarán en la memoria más por sus excesos que por sus propuestas concretas.
Leer noticia completa en El Pais.