El reciente comentario despectivo del humorista Tony Hinchcliffe sobre Puerto Rico, durante un mitin de Donald Trump en Nueva York, ha generado una oleada de reacciones tanto en el campo republicano como demócrata. Hinchcliffe calificó el territorio estadounidense como «una isla de basura flotante», provocando críticas y forzando al expresidente Trump a intentar mitigar el impacto con declaraciones de afecto hacia la comunidad puertorriqueña. Sin disculparse personalmente por los comentarios de Hinchcliffe, Trump se defendió afirmando que el humorista era independiente de su campaña y calificó el incidente como un intento de escándalo infundado. Mientras tanto, el presidente Joe Biden aprovechó la controversia para atacar la retórica de los republicanos, aunque sus declaraciones también generaron críticas debido a su falta de claridad.
El mitin en Allentown, Pensilvania, marcó un intento de Trump por revertir el daño causado, contando con el apoyo visible de figuras de la comunidad latina como Zoraida Buxo y el senador Marco Rubio. Trump destacó lo que él considera sus logros para Puerto Rico y la comunidad hispana, alardeando del apoyo latino que su campaña estaría obteniendo. Sin embargo, los demócratas no tardaron en recordar episodios polémicos del pasado de Trump relacionados con Puerto Rico, como su gestión tras el huracán María. La reacción de Biden, por su parte, suscitó críticas al ser interpretada por algunos republicanos como un insulto hacia sus seguidores, comparando el incidente con la célebre referencia de Hillary Clinton a los votantes de Trump como «deplorables» en 2016. La candidata demócrata, en medio de esta controversia, buscaba promover un mensaje de unidad en un mitin coincidente en Washington, intentando reparar los daños causados por las declaraciones de Biden.
Leer noticia completa en El Pais.
