En una ceremonia histórica, Donald Trump ha vuelto a prestar juramento como presidente de los Estados Unidos utilizando dos Biblias, una tradición que ha sido empleada por anteriores mandatarios como Barack Obama. La ceremonia se llevó a cabo en el Capitolio debido a las bajas temperaturas, siguiendo el precedente establecido por Ronald Reagan en 1985. Una de las Biblias utilizadas fue la misma que Abraham Lincoln empleó en 1861, un libro que también fue utilizado por Obama en sus tomas de posesión. La otra Biblia tiene un significado personal, ya que fue un regalo de la madre de Trump en 1955, con su nombre grabado en ella, marcando un simbolismo único en su retorno a la presidencia.
El vicepresidente electo, J.D. Vance, optó por una Biblia familiar que pertenece a su bisabuela, subrayando la importancia de la tradición personal en el acto de investidura. Esta elección de Biblias resalta cómo, a través de los años, los presidentes estadounidenses han mantenido una conexión simbólica con la historia y lo personal durante sus juramentos, independientemente de que el país garantice la separación de Iglesia y Estado. Históricamente, no todos los presidentes han seguido esta costumbre, como John Quincy Adams y Theodore Roosevelt, quienes eligieron diferentes objetos para sus juramentos, evidenciando la flexibilidad de la tradición en una nación laica cuyos líderes, no obstante, a menudo apelan a elementos religiosos en momentos clave de su trayectoria política.
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