El gobierno de Donald Trump ha decidido cancelar el estatus legal y las visas de trabajo para miles de inmigrantes procedentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, que habían llegado a Estados Unidos durante la administración de Joe Biden. Esta medida, que afectará a unas 530,000 personas, entre beneficiarios y sus familiares, obliga a estas personas a abandonar el país antes de finales de abril, cuando finalizará el programa de parole humanitario. Este programa, que otorgaba permisos de trabajo y residencia legal a inmigrantes de estos países, fue implementado en 2022 por Biden y permitió una significativa reducción de los cruces fronterizos ilegales. Sin embargo, con la llegada de Trump al poder, el programa fue primero pausado y ahora definitivamente eliminado, dejando en situación de vulnerabilidad a miles de personas que ya se encontraban en territorio estadounidense.
La decisión llega en un contexto político marcado por la atención a los temas de seguridad fronteriza, que se han convertido en una prioridad para muchos votantes. Aunque el programa había sido beneficioso para contener la migración desde los países involucrados, Trump argumenta que los incentivos del parole no lograron una mejora sostenida en la seguridad fronteriza. Además, surgen preguntas sobre el futuro de los ucranianos, otro grupo migrante significativo en Estados Unidos, a quienes podría aplicarles una medida similar. Según fuentes, Trump podría igualmente eliminar la protección contra la deportación que estos inmigrantes recibieron durante el conflicto armado con Rusia. De materializarse, estas decisiones cerrarían de manera abrupta las oportunidades de una vida temporalmente segura para cientos de miles de inmigrantes que buscan un futuro mejor en Estados Unidos.
Leer noticia completa en El Pais.