En un recorrido por los eventos más destacados del año, Madrid ofreció un escenario variado donde la estabilidad fue el sello distintivo, a pesar de algunas sacudidas políticas que colorearon el panorama. Sin grandes tragedias ni acontecimientos de alto impacto, la capital de España vivió un tejido de eventos protagonizados por el fútbol, la escena cultural y, en especial, la música. La vida política, aunque no exenta de tensiones, transcurrió sin grandes sobresaltos, con un enfoque en resolver cuestiones internas que, en ocasiones, salpicaron el día a día de los madrileños, pero sin llegar a provocar crisis significativas.
En el ámbito deportivo, el fútbol continuó siendo una de las principales fuentes de emoción y unidad, consolidando el deporte rey como una constante en la vida social de Madrid. Asimismo, la música desempeñó un papel crucial en el diario vivir, con una agenda cultural vibrante que respondió a las nuevas demandas del público, ávido de experiencias en vivo tras el periodo pandémico. El año concluyó con un balance positivo en el que, a pesar de las inevitables crisis políticas menores y el ruido mediático asociado, el entretenimiento y las expresiones culturales se establecieron como los pilares del bienestar social en una ciudad que sigue avanzando entre continuidad y renovación.
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