Novak Djokovic, la leyenda del tenis serbio, ha sido eliminado una vez más en la primera ronda, esta vez en el Masters 1000 de Indian Wells, al caer ante el neerlandés Botic van de Zandschulp. El resultado de 6-2, 3-6 y 6-1 en un encuentro que duró poco más de dos horas muestra un Djokovic que parece estar lidiando más con cuestiones anímicas que técnicas. Desde su gloriosa victoria en los Juegos Olímpicos de París, Djokovic no ha logrado recuperar su forma habitual y ha encadenado eliminaciones tempranas, lo que ha despertado especulaciones sobre un posible declive en su carrera. A sus 37 años, y tras una carrera brillante, las expectativas siguen siendo altas, pero los recientes resultados en Indian Wells y en otros torneos como Doha resaltan las dificultades que enfrenta el serbio.
La derrota de Djokovic llega en un momento en el que el circuito está lleno de jóvenes promesas que le imponen un ritmo feroz, y mientras surgen voces que indican que su peor enemigo ahora es su propio cuerpo. Andy Murray, su nuevo entrenador, lo alienta desde el banquillo, pero ni eso ha sido suficiente para evitar el tropezón en el desierto californiano, donde aspiraba a romper el empate de títulos con Roger Federer. Van de Zandschulp, sin grandes logros previos, capitalizó sus oportunidades y continúa su camino en el torneo, mientras Djokovic reflexiona sobre las razones de su desempeño. En el horizonte, el torneo de Miami aparece como su próxima oportunidad para intentar retomar el rumbo en una temporada que se vislumbra como crucial para él.
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