La asamblea de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) concluyó sin un acuerdo claro después de ocho horas de intensas negociaciones. La reunión, que terminó dividida sobre la posible intervención en las elecciones judiciales del domingo próximo, obligó a las delegaciones a regresar con sus bases para definir un plan de acción. Sin embargo, se acordó realizar una marcha este viernes desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo de Ciudad de México, con el objetivo de presionar al Gobierno. La movilización, que también se replicará en otros estados, busca demostrar la unidad del sindicato a pesar de las tensiones internas.
El Gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, se ha mantenido prudente, mientras que el secretario de Educación, Mario Delgado, expresó su preocupación por la interrupción de clases y abogó por el diálogo. El foco de la discordia es la gestión de las pensiones públicas, las cuales han sido administradas por entidades privadas desde 2007. El Gobierno ha propuesto medidas como un aumento salarial del 10% y un complemento a las pensiones más bajas, pero no acepta un retroceso completo al esquema anterior debido a las limitaciones fiscales. La próxima reunión de la CNTE será crucial, en contexto de las elecciones judiciales y la amenaza de boicot que aún persiste.
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