Las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podrían desencadenar una contracción histórica en el sector de los semiconductores, un pilar fundamental de la economía digital. Un informe reciente de TechInsights advierte que si los aranceles comerciales persisten o aumentan, el mercado global de semiconductores podría enfrentarse a una contracción de hasta el 34% para 2026.
El informe plantea tres escenarios según la evolución de los aranceles. Bajo un escenario de aranceles moderados del 10%, las ventas podrían alcanzar los $777 mil millones en 2025 y $844 mil millones en 2026. En un escenario con aranceles elevados de entre 30% y 40%, las ventas se reducirían a $736 mil millones en 2025 y $699 mil millones en 2026. El escenario más extremo, con aranceles superiores al 40%, implicaría una contracción del mercado, afectando gravemente la cadena de suministro y la inversión en investigación y desarrollo.
Los impactos de estos aranceles elevados serían significativos no solo para los fabricantes de chips, sino también para sectores como la electrónica de consumo, la automoción y la inteligencia artificial. Gigantes tecnológicos como Nvidia, AMD e Intel podrían ver reducciones en sus ingresos y experimentar retrasos en el desarrollo de nuevas tecnologías. Por su parte, los consumidores podrían enfrentar un incremento en los precios de los productos electrónicos y una menor disponibilidad de dispositivos avanzados, mientras que la inversión en innovación podría verse frenada por la incertidumbre actual.
En respuesta, algunas empresas están implementando estrategias para mitigar estos riesgos. Apple, por ejemplo, planea trasladar parte de su producción de iPhones a India para disminuir su dependencia de China. TSMC, por su parte, ha anunciado una inversión de $100 mil millones en Estados Unidos para fortalecer su presencia en el país. No obstante, estas estrategias requieren de tiempo y recursos y no representan soluciones inmediatas para los desafíos planteados.
El futuro del mercado de semiconductores está en juego, y las decisiones políticas y comerciales que se tomen en los próximos meses serán determinantes para saber si el sector puede sortear una contracción significativa y continuar impulsando la innovación y el crecimiento económico.
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