El miércoles por la noche, el Bogotá Fashion Week fue testigo del lanzamiento de «Nuda Vida», la nueva colección del diseñador colombiano Ricardo Pava. La pasarela, que figuraba como el principal atractivo del evento, desató una reacción mixta entre el público, con aplausos y rostros incómodos. La colección de Pava no solo exhibió moda, sino que también incluía una denuncia implícita sobre la dura travesía de los migrantes por la selva del Darién. La controversia nació de la denuncia del director de La Liga contra el Silencio, Alejandro Gómez Dugand, quien señaló que los colores de la colección estaban inspirados en la ruta migratoria, tildando el desfile de explotación grotesca. El conflicto se intensificó cuando el fotógrafo Federico Ríos descubrió que una de sus imágenes, protegida por derechos de autor, había sido utilizada sin permiso, lo que llevó al equipo de Pava a eliminar la paleta de colores de su página web.
A pesar de las críticas, el desfile continuó y mostró trajes masculinos y abrigos que replicaban tonos como el «verde Tropical» y el «gris Asfalto», junto a accesorios y calzados que evocaban el crudo viaje migratorio. Tras la exhibición, Pava defendió su derecho a inspirarse en temas complejos, comparando su trabajo con otras iniciativas artísticas que abordan problemáticas similares. Argumentó que el arte y la moda pueden reflexionar sobre tragedias de manera respetuosa. Este incidente no es único en la industria; casos anteriores, como los de Dior y Balenciaga, también levantaron polémica sobre el uso de tragedias humanas como inspiración. Con «Nuda Vida», se abre un nuevo capítulo en el debate sobre la representación de vulnerabilidades sociales en el mundo de la moda.
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