
La reciente orden de cese de actividad ha impactado al Grupo Sounds, pocos días después de que la familia Trapote transfiriera su local al conglomerado, conocido por gestionar populares establecimientos como Fitz y Castellana 8. Este inesperado revés administrativo coloca al grupo en una situación compleja, enfrentando la interrupción de operaciones en un momento crítico de expansión. Las autoridades locales no han especificado públicamente las razones específicas del cierre, lo que ha generado incertidumbre y especulaciones sobre el futuro de los locales en cuestión.
El traspaso del local a manos del Grupo Sounds se había concretado con expectativas de revitalización del ambiente nocturno en la zona, aprovechando la experiencia y renombre del grupo en la gestión de lugares de ocio. Sin embargo, la decisión de clausurar temporalmente la actividad ha generado un repentino cambio en los planes de inversión y ampliación. Integrantes de la industria han mostrado preocupación por el precedente que esta intervención municipal pueda sentar, mientras los representantes del grupo buscan aclarar la situación para retomar sus operaciones lo antes posible.
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