El ex alto cargo, conocido por su implicación en diversas funciones gubernamentales, protagonizó un violento altercado en un bar local, al que llegó con claros síntomas de embriaguez. Según diversos testigos presenciales, el incidente tuvo lugar cuando, inesperadamente, el individuo agredió al esposo de una concejal socialista, golpeándole con una botella. El ataque provocó serias heridas en la víctima, quien tuvo que ser atendida de inmediato, requiriendo grapas quirúrgicas para cerrar las heridas ocasionadas.
Este episodio ha generado un gran revuelo tanto en el ámbito político como social, provocando numerosas reacciones. El comportamiento del ex alto cargo ha sido duramente criticado, siendo considerado por muchos como un reflejo de la falta de responsabilidades éticas que deben mantener quienes ocupan posiciones de poder. La agresión, además de ser un delito, plantea serias preguntas sobre la conducta personal de quienes están en la palestra pública, y ha intensificado el debate sobre la necesidad de mayores controles y sanciones para aquellos que, al parecer, no comprenden el impacto de sus actos.
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