El 29 de octubre, una conversación telefónica entre técnicos de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) y Emergencias 112 de la Generalitat Valenciana, tuvo lugar en un contexto que posteriormente resultaría dramático. En el audio, registrado por OKDIARIO, la técnica de AEMET manifestó a su colega de Emergencias un mensaje que, lejos de reflejar urgencia, transmitía calma y una supuesta previsión de que las precipitaciones máximas se dirigirían hacia el norte y el interior. Ocho horas después, una inundación devastadora golpeó 103 municipios de la provincia de Valencia, dejando un saldo trágico de 224 muertos y tres desaparecidos, desenlace que contrasta con el tono tranquilizador de la conversación previa.
Las repercusiones de la tragedia han generado controversia sobre la gestión de la comunicación y alertas meteorológicas por parte de AEMET, organismo vinculado al Ministerio de Transición Ecológica, liderado entonces por Teresa Ribera. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha sostenido que la información recibida indicaba que las lluvias fuertes se centrarían al norte, respaldando lo expresado por la técnica de AEMET en su llamada a Emergencias. Este episodio ha alimentado el debate acerca de la posible desconexión entre las previsiones meteorológicas oficiales y el impacto real de fenómenos como la DANA, cuyo manejo continúa siendo objeto de escrutinio público y político.
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