Una trágica explosión en una fábrica de poliestireno en Ibi, Alicante, que resultó en la muerte de tres personas y dejó a una más gravemente herida, ha sido atribuida a fallas graves en la caldera utilizada en las instalaciones. Según la investigación realizada por la Guardia Civil, la caldera presentaba deficiencias significativas y había sido objeto de reformas no autorizadas, contraviniendo las normas vigentes de seguridad para equipos a presión. Como resultado, cuatro responsables de la gerencia y el departamento de producción de Industrias Climber han sido imputados por homicidio imprudente y lesiones graves. El incidente, ocurrido el 27 de noviembre, también provocó el colapso del techo y parte de los muros de la nave industrial ubicada en el polígono l’Alfaç, un área conocida por su industria juguetera. A pesar de la inflamabilidad del poliestireno expandido producido allí, no se desató un incendio tras la deflagración.
Las labores de rescate fueron ampliadas a tres fábricas aledañas, dado el impacto de la explosión que incluso dañó la fábrica contigua Ibipal, donde uno de los empleados también falleció. Además, varios vehículos estacionados en las cercanías sufrieron daños. La investigación fue asumida por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Villena, bajo la operación denominada Dampf, con apoyo del equipo de Investigación de Incendios de Valencia y el Laboratorio de Criminalística de Alicante. Los informes técnicos confirmaron el estado deficiente de la caldera como causa principal del accidente, lo que llevó a la imputación de los directivos de la empresa, cuyas edades oscilan entre los 46 y 71 años, por negligencia en el mantenimiento y seguridad industrial.
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