El Gobierno danés ha emitido, por primera vez, una disculpa oficial a las miles de mujeres groenlandesas que fueron sometidas a la implantación de espirales anticonceptivas, muchas veces sin su consentimiento, entre 1960 y 1991. La primera ministra Mette Frederiksen reconoció el profundo dolor que esta práctica ha causado en Groenlandia, un territorio autónomo que forma parte del Reino danés. Este hecho representa uno de los capítulos más oscuros en la historia de la relación entre Dinamarca y Groenlandia, en un contexto actual donde el territorio ha atraído el interés de Estados Unidos por razones estratégicas.
Además de la disculpa del Gobierno danés, el presidente groenlandés Jens-Frederik Nielsen también se ha comprometido a investigar la continuidad de esta práctica desde 1992 y ha reservado fondos para posibles indemnizaciones. Las dos administraciones planean un acto oficial conjunto para presentar sus disculpas una vez que se publiquen los resultados de una investigación en curso sobre las violaciones de derechos humanos que sufrieron las mujeres afectadas. Este caso ha generado un fuerte debate y ha llevado a una demanda colectiva de 143 mujeres que buscan reparación por los daños sufridos.
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