En una declaración que ha generado controversia y debate, la ex directora del Centro de Emergencias Sanitarias afirmó que la pandemia de COVID-19 «no fue de gran gravedad», suscitando reacciones encontradas en la comunidad científica y política. Este comentario, realizado durante una conferencia de prensa, desafía la narrativa predominante sobre el impacto de la pandemia, que dejó millones de víctimas mortales y alteró significativamente la vida social y económica en todo el mundo. Sus palabras han sido interpretadas por algunos como un intento de minimizar el sufrimiento y las dificultades experimentadas por millones de personas, mientras que otros defienden que se trata de una reflexión personal sobre la gestión de la crisis.
La ex funcionaria argumentó que, en comparación con otras pandemias históricas, el COVID-19 tuvo un menor porcentaje de mortalidad, aunque admitió que las medidas de contención fueron necesarias para evitar un colapso sanitario. Sin embargo, estas declaraciones han sido criticadas por grupos que aún lidian con las secuelas de la pandemia, reclamando un enfoque más empático hacia las víctimas y sus familias. Mientras que el debate sobre la gravedad de la pandemia continúa, las autoridades instan a mantener la vigilancia y preparar mejor las infraestructuras de salud para futuros desafíos epidemiológicos.
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