Madrid ha sido testigo de un evento sin precedentes esta mañana cuando miles de corredores tomaron los túneles de la M-30 con motivo de la primera carrera popular organizada en conmemoración del 50 aniversario de esta importante vía de circunvalación. Lo que usualmente se asocia con vehículos y tráfico, se transformó temporalmente en un vibrante espacio para los entusiastas del deporte, gracias a una iniciativa liderada por Madrid Calle 30.
La señal de inicio de la carrera fue dada por Álvaro del Amo, el renombrado atleta paralímpico que recientemente se destacó en los Juegos de París al ganar medallas de bronce en lanzamiento de disco y de peso. Este gesto marcó el comienzo de una jornada deportiva que atrajo a cerca de 10,000 participantes, quienes pudieron disfrutar de esta rareza: recorrer a pie un tramo subterráneo normalmente reservado para automóviles.
La prueba ofreció dos opciones de recorrido: una de cinco kilómetros y otra de diez, ambas desarrolladas completamente dentro de los túneles gemelos del baipás sur. Esta singularidad aceró un atractivo especial al evento, permitiendo a los corredores experimentar la infraestructura urbana desde una perspectiva poco convencional.
La jornada no solo se centró en la competición. Tanto los corredores como el público asistente disfrutaron de diversas actividades de animación que se llevaron a cabo en la glorieta de Marqués de Vadillo, donde también se celebró la ceremonia de premiación. Los triunfadores de la carrera recibieron sus galardones de manos de la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, y el concejal de Carabanchel, Carlos Izquierdo. Ambos representantes municipales destacaron la importancia del evento, no solo como una celebración del medio siglo de la M-30, sino también como una muestra del compromiso de la ciudad de Madrid con el fomento de la actividad física y el uso alternativo de los espacios urbanos.
El éxito de la carrera por los túneles de la M-30 abre la puerta a nuevas posibilidades para la integración de eventos deportivos en espacios inusuales de la ciudad, fomentando un uso creativo y saludable del entorno urbano. La participación masiva y el entusiasmo generalizado evidencian que los ciudadanos están dispuestos a aceptar estas propuestas innovadoras, lo que podría convertir estos eventos en una tradición recurrente en el calendario deportivo madrileño.