El clima de incertidumbre y temor predomina en Sinaloa tras los controvertidos eventos del 25 de julio en Culiacán, donde Ismael «El Mayo» Zambada y Héctor Melesio Cuén Ojeda estuvieron involucrados. Mientras las autoridades estatales y federales enfrentan la presión de esclarecer los hechos, la falta de información oficial y las múltiples interrogantes avivan la especulación. La ciudadanía exige claridad sobre las circunstancias que rodearon la agresión a Cuén Ojeda, desde su llegada a una clínica privada hasta los detalles de la autopsia, así como posibles nexos con el narcotráfico. La credibilidad de los gobernantes está en juego en un México marcado por la impunidad y la violencia.
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