Diego Guevara, ministro de Hacienda de Colombia, ha presentado su renuncia tras una conversación con el presidente Gustavo Petro, resaltando una retirada en términos cordiales. Guevara, economista que había asumido el cargo en diciembre, había sido un pilar en el rumbo económico del país desde su rol inicial como viceministro. Su salida ocurre en un contexto fiscal desafiante, en el que advirtió sobre la necesidad de retrasar 12 billones de pesos en ejecución adicional, una medida a la que Petro se opuso firmemente. Guevara había defendido estrategias más severas de reducción de gasto frente a una caída del recaudo, subrayando la crítica situación económica similar a los tiempos de la pandemia. A pesar de logros recientes en la baja de la inflación y el repunte del empleo, la situación fiscal sigue tensa, con el país enfrentando un déficit proyectado del 5,1% del PIB y una deuda del 60%.
A lo largo de su gestión, Guevara se destacó por sus intentos de ajustar el presupuesto y reprogramar compromisos financieros para priorizar obligaciones críticas como la deuda pública. Sin embargo, el difícil escenario fiscal y las tensiones dentro del Gobierno en torno a la administración de los recursos financieros culminaron en su dimisión. Las barreras políticas para implementar una reforma tributaria complicaron aún más su gestión. Desde su llegada, enfrentó un gabinete en crisis y asumió la tarea de equilibrar las finanzas de un país que proyecta necesidades elevadas de inversión para infraestructura como el metro de Bogotá. Con su salida, Guevara deja desafíos significativos para su sucesor, quien deberá afrontar una estrategia económica robusta para estabilizar el presupuesto nacional y mitigar el impacto de las deudas acumuladas durante las últimas décadas.
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