La cifra anual de prisioneros políticos ha superado un umbral histórico, alcanzando más de 3.000 detenidos según el último informe presentado este miércoles. Comparativamente, este número representa más del doble de lo registrado un año atrás, cuando se contabilizaron 1.400 individuos bajo este estatus. Este alarmante incremento revela una intensificación de las medidas represivas por parte de gobiernos que restringen las libertades civiles y políticas, generando preocupación entre organismos internacionales y defensores de derechos humanos, que han denunciado la falta de procesos judiciales justos y el uso arbitrario de detenciones para silenciar voces disidentes.
Organizaciones no gubernamentales regionales han destacado que los prisioneros políticos se encuentran en condiciones de detención deficientes, sufriendo maltratos y violaciones a los derechos humanos básicos. Esta tendencia también ha disparado las alertas en la comunidad internacional, que ha hecho un llamado a los estados implicados para que cesen estas prácticas y restablezcan el respeto al debido proceso y a las libertades fundamentales. En respuesta a esta crisis, se han intensificado las gestiones diplomáticas y las campañas de concienciación global, buscando presionar a los responsables para revertir esta situación crítica que afecta a miles de personas alrededor del mundo.
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