La vicepresidenta, en su reciente intervención, destacó que sus competencias estarán limitadas a la realización de modificaciones técnicas, poniendo especial énfasis en la digitalización del sector. Esta decisión se enmarca en un contexto en el que el avance tecnológico se ha vuelto crucial para mejorar la eficiencia y la transparencia en la administración pública. Aunque las expectativas respecto a posibles reformas más profundas eran altas, las restricciones actuales acotan su margen de acción a mejoras tecnológicas.
El enfoque en la digitalización busca modernizar los procesos administrativos, reduciendo el papel y promoviendo plataformas electrónicas que faciliten los trámites tanto para los ciudadanos como para las empresas. Esta medida pretende optimizar los recursos disponibles y adaptar la administración a las necesidades actuales, en un esfuerzo por alinear las políticas públicas con las demandas de una sociedad cada vez más digital. A pesar de las limitaciones en el alcance de sus funciones, la vicepresidenta apunta a generar un impacto positivo mediante estas modificaciones técnicas.
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