Yolanda Díaz enfrenta un nuevo desafío en su intento de implementar la reducción de la jornada laboral en España, derivado de la inesperada presión de las patronales catalanas sobre Carles Puigdemont para que su partido, Junts, vote en contra de esta medida en el Congreso. Representantes empresariales como Foment del Treball, Pimec y Cecot han mantenido reuniones con Puigdemont en Waterloo, buscando que presente una enmienda a la totalidad. Esta estrategia responde a la percepción de que Junts, al igual que en su rechazo al impuesto a las energéticas, podría alinear sus prioridades hacia la protección de la economía productiva, buscando beneficios para las pymes. En este contexto, Díaz ha solicitado al presidente Sánchez permiso para dialogar también con Puigdemont, tratando de evitar que la medida sea bloqueada en las negociaciones parlamentarias.
Mientras tanto, sectores como la hostelería y la restauración, altamente dependientes del régimen de turnos debido a su operación continua, han expresado su preocupación de que la reducción de jornada a 37.5 horas podría incitar al cierre de establecimientos si no pueden ajustar sus horarios. Cataluña, siendo una de las regiones turísticas más importantes de España, podría verse severamente afectada por estas limitaciones laborales. Las patronales buscan ahora el apoyo del PNV, con la esperanza de forjar alianzas que defiendan intereses económicos comunes, a pesar de la diversa trascendencia industrial en las provincias vascas. Sin embargo, el camino hacia la aprobación de la reducción de jornada sigue siendo incierto, especialmente con el historial reciente de enfrentamientos gubernamentales entre Díaz y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
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