El Ejecutivo autonómico ha anunciado que tres nuevos bienes culturales serán declarados Bien de Interés Cultural (BIC), reflejando la relevancia de distintas corrientes artísticas en la historia y cultura contemporánea. Estas designaciones abarcan desde el Siglo de Oro del teatro español hasta la Edad de Plata de la literatura, terminando con la cultura urbana actual.
El teatro español del Siglo de Oro, que tuvo a Madrid como su epicentro tras convertirse en capital en 1561, es uno de los nuevos BIC. Este periodo histórico se concentró en lugares emblemáticos como la plaza de Santa Ana, el Paseo del Prado y la Plaza Mayor. Figuras ilustres de la dramaturgia mundial, como Lope de Vega y Calderón de la Barca, identificaron este modelo teatral que más tarde se exportó a otras partes de España y América.
Los escenarios más destacados de esta época, como el Salón Dorado y el Coliseo del Buen Retiro, reafirmaron a Madrid como referente del teatro palaciego. Se hizo notable también la época de esplendor de los corrales de comedias, con ejemplos icónicos como el Corral de la Cruz y el del Príncipe, el último de los cuales aún está presente en el actual Teatro Español. En tiempos recientes, el Gobierno regional ha impulsado iniciativas como el Corral de Cervantes y el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro para acercar estas obras clásicas al público contemporáneo.
El segundo periodo en ser declarado BIC es la Edad de Plata, un momento de prosperidad cultural en el cual Madrid volvió a posicionarse como centro de las letras universales, ahora desde la poesía. La Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes emergieron como focos de encuentro para grandes escritores y personalidades, atrayendo a las generaciones del 98, 14 y 27. Durante esta etapa, la capital española experimentó una constante ebullición creativa que la transformó en una de las mayores fuentes de intelectuales en Europa.
Por último, algunas expresiones de cultura urbana también obtendrán la distinción de Patrimonio Inmaterial por su impacto en la identidad y estética de la ciudad. Los muros de Madrid se han convertido en espacios de expresión para artistas como Muelle, Suso 33, Sfhir y Zeta. Asimismo, el hip hop se ha afianzado como una de las formas de creatividad juvenil más relevantes, y los ritmos hispanoamericanos han conseguido integrarse en la música popular, recuperando el español como lengua predominante, un reflejo del dinamismo cultural que ya era evidente desde el Siglo de Oro.
Estas designaciones de Bien de Interés Cultural destacan no solo el legado histórico de Madrid, sino también la vitalidad con la que la ciudad continúa siendo un referente cultural, adaptándose y evolucionando con cada nuevo movimiento artístico que surge.