En un emotivo acto de recuerdo y compromiso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha rendido homenaje a las víctimas del atentado del 11M, reafirmando la importancia de la memoria colectiva. Durante la ceremonia, destacada por la participación activa de asociaciones y fundaciones de víctimas, Díaz Ayuso subrayó el papel crucial que desempeñan dichas entidades en mantener vivo el recuerdo de lo acontecido, así como el compromiso inquebrantable de las instituciones, al señalar que este esfuerzo «constituye un legado a la altura de nuestra democracia y de las futuras generaciones que tienen el derecho y el deber de conocerlo».
La dirigente regional depositó un ramo de rosas blancas en el memorial, situado en el área bajo el cilindro conmemorativo anteriormente ubicado al aire libre. Este espacio se ha enriquecido con la incorporación de La Sombra del Monumento a las Víctimas del 11M, un círculo simbólico evocador del viejo monolito, sirviendo como un lugar de recogimiento y respeto hacia aquellos que perdieron la vida en aquel trágico día.
Este acto ha coincidido con la inauguración de un renovado vestíbulo de 2.000 metros cuadrados que, cuadruplicando su tamaño previo de 440 metros cuadrados, promete mejorar significativamente el flujo de los cerca de 17 millones de viajeros que transitan por esta estación anualmente. Diseño diáfano y vistas despejadas sobre las vías son algunas de las características de esta remodelación, cuyo objetivo es facilitar la orientación y circulación tanto para usuarios del metro como para aquellos que utilizan los servicios de Cercanías.
El proyecto, con un presupuesto de 5,8 millones de euros, se enmarca dentro de las obras de ampliación de la Línea 11 del metro, que conecta Plaza Elíptica y Conde de Casal. Las reformas comenzaron en junio de 2023, con planes de continuar hasta culminar la renovación de la zona de tránsito, incluyendo la integración de nuevas pantallas y la conexión entre las líneas 1 y 11. La estética se ha mantenido fiel al diseño original del arquitecto Rafael Moneo.
Un aspecto destacado de esta iniciativa ha sido la colaboración estrecha con las Asociaciones de Víctimas, integrando sus propuestas en el diseño final. Las paredes, adornadas con un azul cobalto, exhiben los nombres de los fallecidos junto a frases del monumento original. Además, el techo, que cuenta con 193 puntos de iluminación, rinde homenaje a cada una de las vidas perdidas en aquel fatídico atentado. Esta conmemoración se alza no solo como un tributo a las víctimas, sino como un recordatorio persistente del dolor y la esperanza que perduran en la memoria colectiva de la comunidad madrileña.