La tradicional parada militar del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid enfrenta un futuro incierto tras la reciente decisión de prohibir su celebración este año, un suceso que ha generado conmoción y descontento entre las autoridades y ciudadanos de la región. Así lo ha manifestado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante una entrevista en la cadena COPE, calificando la prohibición como «algo ya inconcebible».
Desde el inicio de la autonomía madrileña, y bajo el mandato de todos los presidentes autonómicos desde Joaquín Leguina, esta ceremonia ha contado con la destacada participación de las Fuerzas Armadas, convirtiéndose en un evento significativo y esperado por los madrileños. La parada militar es un componente esencial del Acto cívico-militar que rinde homenaje a los Héroes del 2 de Mayo de 1808, una fecha emblemática de la resistencia española contra las tropas napoleónicas.
La presidenta Díaz Ayuso expresó su consternación ante la exclusión del Ejército de este evento, señalando que el vínculo entre las Fuerzas Armadas y el pueblo madrileño es profundo y entrañable. «Separar al Ejército del pueblo de Madrid es dolorosísimo», afirmó, destacando que los madrileños, desde niños hasta ancianos, siempre han mostrado su admiración y apoyo a los cuerpos de seguridad y defensa del Estado.
El año pasado, los actos del 2 de mayo fueron escenario de un despliegue militar que incluyó la participación de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (PAPEA), junto a una representación del Regimiento de Artillería Antiaérea 71 y un batallón con secciones tanto de la Armada como del Ejército del Aire y del Espacio.
La decisión de cancelar la parada militar ha sido percibida por algunos como un movimiento en contra de Madrid, una ciudad que, según Díaz Ayuso, «adora a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a las Fuerzas Armadas». La presidenta ha reiterado que las Fuerzas Armadas son vistas como instituciones «ejemplares, modernas y solidarias», cetro de respeto y cariño entre los habitantes de la comunidad.
El debate sobre la presencia militar en estos actos conmemorativos continúa, mientras la Comunidad de Madrid busca alternativas para no dejar pasar una tradición que ha sido, durante décadas, parte del tejido cultural e histórico de la región. En medio de la controversia, los madrileños aguardan expectantes una solución que permita mantener viva la llama del recuerdo y el respeto hacia el pasado, en sintonía con el compromiso y la lealtad hacia sus Fuerzas Armadas.