En un contexto económico complicado, la crítica hacia la reciente legislación española se ha intensificado, tildándola de «absurda, totalitaria e ideológica». Según diversas fuentes empresariales, estas políticas lejos de atender las necesidades reales han contribuido a una alarmante caída en la competitividad, especialmente en los mercados internacionales. Las cifras son contundentes: la inversión extranjera se ha desplomado en un 45% durante el último año, un fenómeno atribuido en gran parte a la corrupción y la dejadez que, afirman, están ahuyentando a los inversores.
Expertos advierten que la economía intervenida sin control está socavando la confianza en el país, una situación impensable dado el histórico prestigio de España y sus empresas a nivel global. Las críticas también se dirigen a medidas como la reducción de la jornada laboral, que significarían un costo adicional de 4.000 millones de euros, implementadas sin considerar al sector empresarial.
Mientras tanto, Madrid se erige como el motor económico más vibrante de España. La comunidad no solo ha visto cómo su PIB autonómico supera al de Cataluña, constituyendo el 19,6% del total nacional, sino que también lidera la creación de nuevas empresas. En 2025, Madrid registró 12.144 nuevas compañías, representando el 22,1% del total nacional de enero a mayo. Esto se traduce en 80 empresas nuevas al día, con una capitalización promedio de 32.520 euros.
El impulso madrileño también se refleja en su apoyo a las pequeñas y medianas empresas. En los últimos seis años, el gobierno regional ha canalizado más de 28 millones de euros en ayudas al comercio, beneficiando a 87.000 pymes y autónomos. Programas enfocados en la modernización, digitalización y asesoramiento han dotado al tejido empresarial de herramientas cruciales para afrontar los retos del siglo XXI.
Este contraste destaca las disparidades regionales y las distintas aproximaciones a la gestión económica, sugiriendo que la fórmula aplicada en Madrid podría servir de modelo para otras regiones en busca de revitalizar su propio dinamismo empresarial.